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ToggleLos errores son la mejor manera de aprender
Muchos padres inculcan a sus hijos el miedo a cometer errores. Sin embargo, los errores no sólo son normales, sino necesarios. No sólo son necesarios, sino que incluso pueden ser deseables. ¿Por qué deseables? Porque son la mejor y más rápida manera de aprender. ¿Se imagina a una persona que nunca comete errores? ¿Cómo es posible que una persona así aprenda algo? Es más probable que eviten nuevas experiencias y se limiten a comportamientos rutinarios y robóticos.
Los educadores, y esperemos que los padres, son conscientes de que los niños (y los adultos) aprenden más de la experiencia que de las teorías y las palabras. Por regla general, esta experiencia se basa en muchos errores. Cada uno de estos errores hace que nuestra mente cambie a una marcha superior. No sólo conscientemente sino inconscientemente, aprendemos por qué algo es un error en absoluto (por ejemplo, si no éramos conscientes de las consecuencias), cómo se produjo (ya sea una mentalidad, un error de percepción o una acción física), y cómo reducir la probabilidad de este error en el futuro.
Así, cuantos más errores cometamos, más seguros podemos estarLos niños a los que se les ha permitido cometer errores tienen la oportunidad de desarrollar esa confianza, ya que es a partir de esos errores como aprendemos a evitarlos y a mejorar. Los niños a los que no se les ha permitido cometer errores no tienen la oportunidad de desarrollar esa confianza, por lo que pueden sentirse bloqueados e inseguros toda su vida. Es frustrante ver cómo muchos padres parecen no entender algo tan sencillo y lógico.
Educación y sociedad
Muchos padres actúan como si prohibir los errores permitiera a sus hijos ser perfectos, cuando en realidad ocurre todo lo contrario. Siempre que aprendemos algo nuevo y complicado, debemos repetir algunos errores, pero algunos padres parecen atribuir los errores repetidos de los hijos a malas intenciones o incluso a estupidez. Puede que no lo digan en serio, sino que se limiten a repetir lo que han oído a sus propios padres, pero los niños no lo saben y esos comentarios paternos pueden arraigar fácilmente en sus mentes.
Además, muchos padres critican a los niños por cometer errores, pero rara vez les explican qué hacer en su lugar. Los niños pueden entonces sentirse perdidos e inseguros: sienten que necesitan llegar a una solución lo antes posible, pero no tienen experiencia para hacerlo. Las personas adultas pueden sentir que esos sentimientos infantiles afloran en situaciones nuevas en las que carecen de experiencia. En lugar de reconocer que necesitan crear experiencia a través de los errores, pueden esperar saberlo todo de una vez, sabiendo al mismo tiempo que es imposible. El estrés que esto genera puede bloquearles aún más a la hora de utilizar sus recursos de adultos.
Esta actitud hacia los errores suele extenderse de las familias a la sociedad, por lo que los niños serán menospreciados por los demás, a menudo por los profesores, y en la edad adulta, se puede proyectar intolerancia ante los propios errores y autocríticas a los demás. Cuando trabajo con clientes estadounidenses, oigo a menudo que algunos segmentos de la sociedad estadounidense son particularmente intolerantes e insensibles cuando se trata de los errores (de otra persona), como la elección equivocada de pareja, las decisiones imprudentes o inexpertas de los jóvenes, las decisiones financieras que resultan equivocadas, todo lo cual se atribuye a menudo a la irresponsabilidad y al mal carácter. Aunque las consecuencias de un error así sean mucho más dolorosas de lo que uno se merece, no es raro que en la sociedad estadounidense se siga pisoteando y castigando desproporcionadamente a esa persona. Esto parece ser una consecuencia de la religión puritana, que se extendió a la cultura dominante.
Pero en la mayor parte del mundo también es bastante normal que, si no los adultos, al menos los niños sean castigados de forma desproporcionada y desproporcionadamente criticados por errores involuntarios y nimios. De este modo, los padres se esfuerzan por hacerles la vida más fácil y conseguir que los niños aprendan a controlarse lo antes posible. Al hacerlo, sin embargo, perjudican a largo plazo tanto la autoestima del niño como su propia relación con él.
Cómo desarrollar el apoyo interno
Quizá hayas aprendido a esperar castigos, resultados desagradables y reacciones desagradables por parte de la gente que te rodea en cuanto das un pequeño paso fuera de lo conocido. Es cierto que algunas personas intentarán controlarte o aumentar su propio ego de esa manera. Si esto era lo normal en tu infancia, tu mente puede centrarse en ello e ignorar o descartar las experiencias más positivas. Sin embargo, si te permites reconocerlas también, puede que te sorprenda gratamente el número de personas que se mostrarán comprensivas, tolerantes o, al menos, neutrales ante tus imperfecciones. La mayoría de la gente es consciente de que la mayoría de los errores se cometen sin mala intención. Esfuérzate en entrenar a tu cerebro para que se fije en esas personas y las reconozca, ignorando a las demás.
A la hora de tomar decisiones, aprende a escuchar y a confiar en las reservas de información desperdiciadas en tu subconsciente. El artículo Cómo enseñar a los niños a usar su intuición también funciona para los adultos. Quizá tus padres te hayan enseñado a no creer en tu instinto y en tu voz interior, pero con algo de valor y práctica, esto también puede cambiar.
Cuando piensas en la posibilidad de cometer un error, ¿qué pensamientos e imágenes surgen espontáneamente? ¿Son pensamientos de apoyo y compasión, o de autocrítica, de menosprecio, imágenes mentales de ira, de burla y de rechazo por parte de las personas que te rodean? Para muchas personas, esto último es normal, y tiene su origen en su infancia y en la forma en que fueron criados.
Para las partes infantiles de nuestra mente subconsciente, los padres siguen siendo la autoridad suprema, incluso cuando crecemos, por lo que puede resultar difícil "borrar" sus imágenes y voces de nuestra cabeza. Pero con esfuerzo y perseverancia, es posible. Lo primero y más importante es practicar cambios en su diálogo interno para que sigas recordándote que los errores no sólo son normales, sino útiles y la mejor manera de aprender. Si puedes imaginar que ese apoyo viene de los padres, mejor aún, porque los padres siguen teniendo un impacto importante en tu subconsciente.
Cuando trabajo con clientes, presto mucha atención a la curación de las relaciones con sus padres. Parte de esto consiste en reconocer que los padres (por regla general) no querían que desarrollaras creencias tóxicas sobre ti mismo, sino que simplemente no sabían hacerlo mejor y repetían las estrategias de crianza a las que estaban expuestos. A continuación, puedes plantearte cómo querían realmente tus padres que te sintieras respecto a tus errores: por lo general, simplemente querían que prestaras atención, que recordaras; no que te sabotearas, insultaras o rebajaras. Si puedes imaginar tu los padres te apoyan incluso cuando cometes erroresEsta es la mejor manera de reprogramar tu subconsciente. Y si necesitas ayuda para ello, aquí estamos.
Actualización:
Como cualquier otra buena idea, ésta también puede manipularse, así que he oído hablar de (al menos) un ejemplo en el que una persona pensaba que no debía asumir la responsabilidad de un gran error, porque los errores son necesarios. Así que siento la necesidad de añadir: aceptar los errores no significa eludir la responsabilidad y no significa que otro tenga que hacerse cargo de las consecuencias. La restitución (reparación de daños) también es una buena forma de aprender.
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