¿Qué estimula el ingenio?
En nuestro trabajo, a menudo observamos que las personas que proceden de familias problemáticas y caóticas suelen desarrollar importantes recursos vitales muy prontoPor ejemplo, la inteligencia (para comprender las situaciones confusas y encontrar una salida a las mismas), la perseverancia, la fuerza interior, la capacidad para afrontar las dificultades, la sensibilidad, la empatía, el sentido del humor (como forma de aliviar las emociones desagradables propias y ajenas, o como estrategia para encontrar el lugar propio dentro de un grupo).
Asimismo, es frecuente observar que los niños que crecen en familias protectoras que les proporcionan todo lo que pueden, se convierten en personas normales y a menudo no especialmente fuertes y seguras de sí mismas. A veces pueden convertirse en personas egoístas y malcriadas, como se puede ver especialmente en las últimas décadas, cuando "los niños primero" es una actitud predominante y muchos padres descuidan la necesidad de establecer límites y enseñar al niño a cooperar. (Esta actitud desequilibrada es, en parte, una reacción al enfoque "los adultos primero" de décadas y siglos pasados, y la salud está en equilibrar las necesidades de todos.)
Por supuesto, esto no es una regla, pero ocurre a menudo. Cada familia es un conjunto complejo, y las experiencias del niño son multidimensionales. No existen criterios matemáticos según los cuales se puedan organizar todas las influencias y sus consecuencias para un niño. Asimismo, un mismo tipo de influencia puede provocar diferentes consecuencias, de las cuales algunas son desagradables y otras útiles e importantes: el caos y los traumas pueden desencadenar el desarrollo de los recursos y rasgos positivos mencionados anteriormente como forma de sobrevivir, pero al mismo tiempo pueden provocar miedo duradero, ira, culpa y una imagen negativa de sí mismo. El cuidado y la atención de los padres pueden crear un sentimiento de que somos dignos y aceptables, pero también capacidades, motivación y confianza en nosotros mismos medias o por debajo de la media, debido a la falta de desafíos. Como en el caso de la mayoría de las circunstancias vitales individuales y globales, las consecuencias nunca son blancas o negraspero siempre una combinación de lo "positivo" y lo "negativo".
Muchas personas que estaban fuertemente protegidos por sus padres dicen que esa protección los hizo inseguros y incapaz de hacer frente a la situación con los desafíos, ya que no tuvieron mucha oportunidad de experimentar si eran capaces de enfrentarse a situaciones desagradables, o de practicar el ingenio y la creatividad. Por otro lado, a nadie le gustaría estar en la piel de quienes sufrieron abandono, abusos o burlas. Esas personas saben muy bien que tuvieron que pagar un alto precio por su fuerza interior, adquiriendo algunos patrones desagradables.
No te preocupes: no tienes que descuidar o traumatizar a tus hijos para que se vuelvan ingeniosos. Con un poco de conciencia y esfuerzo, puedes permitir que tus hijos "tengan su pastel y se lo coman". Lo importante no es que sean fuertes y frecuentes desagradable experiencias, pero significativas y frecuentes desafíos. Esto es lo que les falta a las familias que protegen a sus hijos: pueden descuidar la necesidad de los niños de enfrentarse a situaciones desafiantes que estimulen sus recursos ocultos.
Desafíos para la formación
Puedes dar forma a los retos para que estimulen el pensamiento, la percepción, la sensibilidad y la fuerza, y al mismo tiempo ser cariñoso y atento con tu hijo. La clave está en dar a tus hijos apoyo emocionalAl mismo tiempo, se les deja que completen el mayor número posible de tareas desafiantes.
Tendrá que ajustar los desafíos a la etapa de desarrollo de los niñosEl objetivo es aproximadamente el límite superior de sus capacidades actuales, superando sólo un poco su "zona de confort", lo suficiente para que sea problemático y no fácil, pero no tan difícil como para que los niños se desanimen y empiecen a dudar de sí mismos. Los niños lo hacen de forma espontánea, siempre llegando un poco más alto, siempre intentando llegar un poco más lejos y mejor. Observa atentamente a tus hijos para saber si un reto les conviene. Si el niño está al menos parcialmente interesado y motivado, puedes continuar. Si notas que muestra fuertes señales de estrés o miedo, es buena idea posponer la tarea y buscar otra más fácil.
Proporcionar como muchos retos diferentes como sea posible: desde físico (vestirse, atarse los zapatos, incluir a los niños en las tareas domésticas; eso sí, no les des tu frágil vajilla para que la limpien), intelectual (por ejemplo, comprar un libro de rompecabezas o juegos que requieran pensar, enseñar al niño a leer o a hablar una lengua extranjera lo antes posible: un niño de dos o tres años puede acostumbrarse poco a poco a reconocer las letras, y a los cuatro años muchos niños están preparados para empezar a leer), hasta social tareas (resolver problemas relacionados con las relaciones y la comunicación). Configurar esos retos como juegos, tan a menudo como sea posible.
Evite ofrecer al niño soluciones prefabricadas. Es mejor ayudar al niño a pensar en posibles soluciones haciéndole subpreguntas. Anímale a crear tantas soluciones como sea posiblePor ejemplo: "Otros niños se burlan de Juanito en la escuela. Piensa en al menos 10 cosas diferentes que Johnny podría hacer al respecto". Sigue el proceso de pensamiento de los niños y ayúdales con sub-preguntas como por ejemplo: "¿Qué consecuencias desagradables se te ocurren? ¿A quién más podrías incluir? ¿Qué es importante saber de los otros niños y por qué hacen lo que hacen? ¿Has olvidado algo? ¿Pueden mejorarse algunas de estas soluciones?". Sé amable con estas preguntas y no presiones tanto como para desanimar al niño.
Trabajar más inteligentemente, no más duro
Ciertamente, la falta de tiempo es un problema para muchos padres. Sin embargo, no es necesario estar todo el día con sus hijos haciéndoles esas preguntas. Basta con mantener esas conversaciones durante otras tareas diarias y aprovechar las situaciones en las que su hijo tenga un problema real. Puedes aprovechar el tiempo durante las pausas para comer en el trabajo o el trayecto de vuelta a casa para pensar en nuevos retos para tus hijos.
Deje que sus hijos se lastimen, se raspen o se quemen ocasionalmenteSobre todo si hacen caso omiso de tus advertencias (eso sí, utiliza el sentido común y asegúrate de que no hay riesgo de lesiones graves). Esto no tendrá consecuencias emocionales a largo plazo, pero los niños aprenderán a ser razonablemente cautelosos y a evaluar con mayor precisión sus capacidades y las consecuencias de sus actos. Evita intentar -salvo en situaciones de acoso grave- resolver sus conflictos con otros niños en lugar de con ellos. Los niños son capaz de hacer frente con lo desagradable de estos conflictos -en realidad, muchas personas pasan por experiencias sociales mucho más difíciles de niños que de adultos- con bastante éxito, si tienen su apoyo emocional y ánimo.
Sin embargo, puedes ayudarles a reflexionar sobre estos conflictos y sus posibles soluciones. Si tus hijos se pelean entre ellos, evita actuar como un juez con castigos aleatorios, pero tampoco los ignores. (Una buena pregunta podría ser: "¿Qué harías ahora si estuvieras en mi lugar?") Ayúdales a discutir cómo se sienten y qué quieren. Es posible que tengas que dar más protección a uno de los niños si el otro es un acosador persistente, pero primero considera qué motiva a este último a ser violento.
Evite tratar de hacer la vida de su hijo más fácil en cuanto a las tareas cotidianas. En cuanto puedan hacer algo -comer, vestirse, hacer los deberes...- evita, en la medida de lo posible, hacerlo por ellos. Ayuda si hacer cosas juntos - esto hace que las tareas sean menos aburridas y construye su relación. El apoyo emocional y la aceptación son lo más importante. Evita las críticas verbales o no verbales, excepto cuando sean necesarias (pero evita también los elogios inmerecidos). Así facilitarás la vida de tu hijo y la tuya propia: la del niño a largo plazo y la tuya a corto y largo plazo.
Si sus hijos muestran interés por leyendoPor supuesto, anímalo. La lectura proporciona una valiosa "experiencia de segunda mano"La lectura ofrece muchas oportunidades para aprender a leer y escribir, así como para comprender e idear cómo enfrentarse a los retos. La lectura también ofrece muchas oportunidades para experimentar y explorar las emociones en un entorno seguro. Esto ayuda a los niños a construir una mejor relación con su propio ser. Y, por supuesto, la lectura enriquece el conocimiento general y el pensamiento complejo. Sólo asegúrate de elegir libros que les gusten a tus hijos; obligarles a leer sólo crearía una resistencia que quizá dure toda la vida. Una vez más, predique con su propio ejemplo en la medida de lo posible.
Usa tu sabiduría
El trabajo de un padre, en mi opinión, no es hacer un niño feliz. La clave de la crianza de los hijos es enseñar a los niños a crear felicidad a pesar de los problemas y desafíos. Esto puede hacerse mediante el ejemplo personal, así como apoyando emocional e intelectualmente a los niños cuando se enfrentan a problemas.
El papel de los padres no es el de aportar siempre soluciones, sino el de enseñar, animar y permitir a los niños encontrar sus propias soluciones tan a menudo como sea apropiado teniendo en cuenta su edad y sus circunstancias.
Otra función de un padre sano es animar al niño a creer las cosas irán bien y se podrán arreglar incluso cuando hay problemas. Los niños que han recibido este tipo de consuelo y estímulo emocional, así como los retos adecuados, en su edad adulta serán capaces de seguir siendo ingeniosos incluso en situaciones de gran estrés.
Demasiados padres intentan proteger a sus hijos de los problemas y la frustración. Por otro lado, los problemas y la frustración son motivadores. Empujan a los niños a desarrollar sus recursos. Sólo se puede ayudar a los niños a encontrar la felicidad a largo plazo si no se insiste en que deben ser felices todo el tiempo.
Como con todos los consejos de la vida, usa tu sentido común al tomar decisiones. No exageres. Encuentra el equilibrio. Escucha a tu instinto. Y relájate. Aunque fueras un padre perfecto, no sería bueno para tu hijo.
De este modo, aplicando un poco de esfuerzo y conciencia adicionales, puede ayudar a su hijo a construir unos cimientos firmes, un peldaño fuerte para crear una vida de alta calidad en todos los niveles.
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